Protección animal y seguridad ciudadana

La violencia interrelacionada

Existe una gran cantidad de estudios psicológicos y criminológicos que demuestran la estrecha relación que hay entre el maltrato animal y la violencia interpersonal. [1] [2]

La crueldad hacia los animales es un indicador de un grave síntoma de desorden mental. La mayoría de los criminales agresivos (violadores, maltratadores, homicidas, asesinos seriales) se han iniciado torturando y matando animales.



Hace más de dos mil años, el poeta romano Publio Ovidio Nasón (43 a.C. – 17 d.C.) ya había advertido la estrecha relación entre la crueldad animal y la violencia interpersonal:

«La crueldad hacia los animales enseña la crueldad hacia los humanos.»

Muchos siglos después, el filósofo prusiano Immanuel Kant (1724 – 1804) lo seguía advirtiendo:

«El que es cruel con los animales se vuelve duro también en sus relaciones con los hombres. Podemos juzgar el corazón de un hombre por su trato a los animales.»

El filósofo alemán Arthur Schopenhauer (1788 – 1860) también entendió el vínculo entre el carácter de una persona y su trato hacia los animales:

«La conmiseración con los animales está íntimamente unida con la bondad de carácter; de tal manera que se puede afirmar, de seguro, que quien es cruel con los animales no puede ser buena persona.»

Asimismo, el médico y teólogo franco-alemán Albert Schweitzer (1875-1965) señaló el problema de la violencia interrelacionada:

«Cualquiera que esté acostumbrado a menospreciar la vida de cualquier ser viviente está en peligro de menospreciar también la vida humana.»

La comunidad debe estar alerta cuando detecte que un niño o adolescente incurra en abuso animal, porque es una alarma que indica que el niño o adolescente podría estar desarrollando una psicopatología o quizás podría ser víctima de algún tipo de violencia (acoso escolar, violencia intrafamiliar, etc.) y termina desplazando esa violencia hacia alguien más débil y vulnerable como un animal. Esto podría llevar, de no ser corregido a tiempo, a otros ciclos de violencia (como violencia de género, parental, etc.).



El criminólogo estadounidense Robert K. Ressler (1937 - 2013), fundador de la Unidad de Ciencias de la Conducta del FBI, aseguraba que un asesino comienza matando y torturando animales cuando es menor de edad:

«Los asesinos, a menudo, han sido niños que nunca aprendieron que está mal sacarle los ojos a un cachorro.»
El supervisor y agente especial del FBI, Allen Brantley, quien publicara un informe sobre la relación entre la crueldad animal y los asesinos seriales, señaló que:

«La crueldad hacia los animales no es una válvula de escape inofensiva en un individuo sano, es una señal de alarma.» [2.1] [2.2]

Los especialistas Sarah Degue y David DiLillo observaron en sus estudios  la coexistencia entre violencia doméstica y crueldad animal.

«Las víctimas de violencia familiar fueron más propensas a experimentar o presenciar actos de maltrato animal a diferencia de los individuos que no fueron víctimas de este tipo de violencia interpersonal. Además, los resultados indicaron que las víctimas de abuso infantil y violencia doméstica, fueron más propensos a incurrir en prácticas de abuso animal en algún momento. Finalmente, los participantes que afirmaron presenciar actos de abuso animal, fueron más propensos a experimentar formas de violencia interpersonal.» [3]

No cabe duda de que la mejor manera de conseguir una sociedad pacífica y segura, es erradicando el abuso contra los animales. Una sociedad que protege a sus animales estará educando a niños para que sean adultos ejemplares. Como bien lo indicó el Dr. Víctor Mileo, criminólogo venezolano y pionero de la protección animal en Venezuela:

«Cuando se protege a los animales se está haciendo mucho también por los niños, puesto que se les está enseñando a ser nobles con los seres indefensos. Es un buen ejemplo que se les da a los pequeños y que contribuye a su mejor formación ética, tan importante como las cosas materiales que se les pueda suministrar para remediar sus necesidades físicas.» [4]

En el caso específico de Venezuela, tenemos una situación que evidencia de manera muy notoria la relación entre el maltrato animal y la violencia interpersonal.

El maltrato animal: Un gravísimo problema social en Venezuela

La violencia hacia los animales genera violencia hacia los seres humanos. Para construir una sólida y verdadera cultura de paz en nuestro país es apremiante que erradiquemos el maltrato hacia los animales y recuperemos la reconexión humano-animal.

Nuestro país está sumergido en una cultura de violencia desde hace siglos. La violencia es un flagelo que nos afecta a todos, y se manifiesta de diversas maneras: Desde la violencia verbal, física, psicológica, sexual, de género, pasando incluso por la indiferencia y falta de empatía hacia los seres más indefensos.



A continuación, mostramos algunos estudios que podrían dar luces sobre el grave problema de la violencia interrelacionada en Venezuela.

En 2010, la Fundación internacional Ayuda de Animales Sin Fronteras, con sede en Países Bajos, elaboró un estudio donde examinó la situación del maltrato animal en 53 países. Venezuela aparece ocupando la quinta posición en la lista negra de países con mayores casos de abusos contra los animales. [5] 

Según un estudio realizado en 2017 por investigadores de la Universidad Estatal de Michigan, la Universidad de Chicago y la Universidad de Indiana, y publicado en la revista Journal of Cross-Cultural Psychology, entre más de 10.400 personas procedentes de 63 países, Venezuela ocupó el puesto 62 entre los países menos empáticos. [6] [7]

Aunado a esto, Caracas fue la ciudad con más homicidios en el mundo en 2015, según el informe anual del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal (CCSPJP), publicado en 2016 [8]. Tres ciudades venezolanas (Caracas, Maturín y Valencia) figuran en el Top Ten de las ciudades más violentas del mundo. En un informe más actualizado de la misma ONG realizado en 2017 [9], Caracas pasó al segundo puesto debido al acelerado proceso de despoblamiento causado por la crisis económica. En la nueva lista, ciudad Guayana ocupa el noveno lugar. A esto podemos sumar que, según una encuesta de Gallup, Venezuela quedó clasificado como el país más peligroso en el mundo por segundo año consecutivo (2016 y 2017), cayendo por debajo de países en conflicto como Afganistán o Sudán del Sur en términos de percepción de seguridad [10]. En 2018, Venezuela llegó al primer lugar de los países más violentos de América Latina, cerrando ese año con una tasa de 81,4 homicidios por cada 100.000 habitantes (una cifra que lo coloca como el más violento de la región, por encima de El Salvador y Honduras) y un total de 23.047 personas asesinadas, según los datos recopilados por el Observatorio Venezolano de Violencia [11].

Es muy posible que los resultados que arrojan las estadísticas citadas guarden estrecha relación: Debido a los bajos niveles de empatía de la sociedad venezolana es que tenemos una cultura de maltrato animal, lo que nos conduce inevitablemente a ser un país extremadamente violento (con altos índices de homicidios y otros delitos de alta agresividad).

Tocando el tema de la empatía, el astrofísico y divulgador científico Neil deGrasse Tyson (n. 1958) afirma que:

«Los humanos no somos tan buenos como deberíamos serlo en nuestra capacidad para tener empatía con los sentimientos y los pensamientos de otros, ya sean humanos u otros animales en la Tierra. Así que tal vez, parte de nuestra educación formal debería enfocarse en entrenar nuestra empatía. Imagina cuán diferente sería el mundo si, de hecho, tuviéramos en nuestras materias ‘lectura, escritura, aritmética, y empatía’»

Para erradicar la cultura de violencia que ha imperado en nuestro país por décadas, es imprescindible erradicar el maltrato animal e inculcar la empatía en la ciudadanía para avanzar hacia una cultura de paz, seguridad y no-violencia.

Como bien lo señalara el líder pacifista hindú Mahatma Gandhi (1869 - 1948):

«La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la manera en que trata a sus animales.»


NOTAS

[1] «Abuso animal y abuso humano: Cómplices en el crimen.» Gente por la Defensa Animal (GEPDA)

[2] «¿Qué es el Link?» Observatorio de Violencia Hacia los Animales.

[2.1] "Animal cruelty is not a harmless venting of emotion in a healthy individual but rather it is a warning sign that this individual needs some sort of intervention" (Alan Brantley, citado en el libro «Animal Cruelty: Pathway to Violence Against People» de las autoras Linda Merz-Perez y Kathleen M. Heide).

[2.2] «La conexión entre maltrato animal y los asesinos seriales» (Documento en PDF)

[3] DeGue, S. & DiLillo, D. (2009). «Is animal cruelty a “red flag” for familiy violence?: Investigating co-ocurring violence toward children, partners, and pets.» Journal of Interpersonal Violence.

[4] Mileo, Víctor (1980). «Animales y humanos». Caracas

[5] «Grecia, el país que más abusa de los animales.» BBC Mundo.  

[6] «¿Cuáles son los países con mayor (y menor) empatía de América Latina?» BBC Mundo. 18 de octubre 2016.  

[7] Konrath, Sara. «No, Empathy Isn’t a Universal Value.» Psychology Today. 17 de julio 2017.  

[8] «El informe que dice que Caracas es la ciudad más violenta del mundo». BBC Mundo. 26 de enero 2016. 

[9] «Estas son las 50 ciudades más violentas del mundo (y 42 están en América Latina)». BBC Mundo. 7 de marzo 2018. 

[10] «Peace, Security Still Out of Reach for Many Worldwide». [gallup.com] 7 de junio 2018.

[11] «Venezuela se convierte en el país más violento de América Latina» [elpais.com] 28 de diciembre de 2018.

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